¿Qué pasa con las zonas verdes urbanas?

22/09/2020 8:10:52

Línea Verde

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Las ciudades son ecosistemas complejos y dinámicos que se encuentran en constante evolución y cambio. Su funcionamiento está basado en el consumo masivo de materiales y energía procedentes en su inmensa mayoría de otros ecosistemas, lo que provoca un fuerte impacto ambiental y social. La renaturalización de las ciudades y la promoción de infraestructuras verdes es clave en la sostenibilidad urbana. Permite proveer un amplio rango de servicios ecosistémicos beneficiosos para la ciudadanía.

Asimismo, la provisión de servicios ecosistémicos incrementa la resiliencia socioecológica de la ciudad, mejorando su capacidad para dar respuesta a los cambios. También facilitan la justicia y equidad social como aspectos inherentes a la sostenibilidad y resiliencia urbana. Esto adquiere más significado que nunca en un escenario urbano afectado por la COVID-19.

La evaluación de los procesos de renaturalización y fomento de la infraestructura verde es una estrategia eficaz para mejorar nuestras ciudades y la vida de sus habitantes.

Como parte del proyecto Evaluación de la infraestructura verde de Madrid: hacia una mejora de las políticas municipales para la resiliencia socioecológica –financiado por el Ayuntamiento de Madrid desde 2019–, proponemos una metodología para valorar el impacto sobre la resiliencia urbana de políticas y actuaciones municipales encaminadas a la creación y/o transformación de infraestructura verde durante el periodo 2015-2019.

Evaluamos las políticas verdes

Empezamos por analizar las políticas de áreas verdes en Madrid. Identificamos 31 planes, programas, ordenanzas y partidas presupuestarias y hasta 620 actuaciones que incluyen la mejora de la infraestructura verde urbana, aprobadas y/o ejecutadas total o parcialmente por el Ayuntamiento de Madrid en el periodo 2015-2019.

Cuantitativamente, estas medidas son un indicador de los esfuerzos realizados por la ciudad de Madrid en estos últimos años para mejorar la infraestructura verde urbana. Después, diseñamos un índice para evaluar el impacto de estas políticas y actuaciones sobre la resiliencia socioecológica de la ciudad de Madrid. Los resultados de este índice son positivos para toda la ciudad, en todas las políticas y evaluaciones contempladas.

Sin embargo, algunas iniciativas son más beneficiosas que otras. El Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad y el Plan A de Calidad de Aire y Cambio Climático de la ciudad de Madrid  tienen un impacto positivo en el componente de resiliencia socioecológica, aunque tienen menor incidencia en el de cohesión social.

Otras actuaciones como el Plan Estratégico de Descentralización Municipal, el programa Itinerarios Habitables o el proyecto MICOS de intervención en los patios escolares obtienen mejores valores en cohesión social.

Evaluamos las infraestructuras verdes

La incidencia en la resiliencia socioecológica de las políticas se complementa con la valoración del impacto directo que los elementos bióticos, principalmente árboles, tienen a través de los servicios ecosistémicos que proveen. Empezamos por evaluar el impacto en los servicios de regulación del arbolado replantado en el marco del proyecto de renaturalización del río Manzanares.

El arbolado provee servicios valiosos como la eliminación de contaminantes atmosféricos, pero limitados cuantitativamente, al tratarse de plantas jóvenes y con un estado fitosanitario no muy bueno en la mitad de los casos. Sin embargo, cabe esperar que la provisión de estos servicios sea mayor en el arbolado espontáneo que ha crecido sobre las islas de sedimentos del cauce naturalizado.

La fase 0 del proyecto de renaturalización del río Manzanares consistió en la apertura permanente de las compuertas de su tramo urbano. Este es un gran ejemplo de cómo diseñar infraestructuras verdes basadas en la lógica de las dinámicas naturales.

Características sociodemográficas

Hemos relacionado estos resultados con las características sociodemográficas de los potenciales beneficiarios de la renaturalización. La mejora del estado ecológico del río beneficiaría (teóricamente) a los barrios adyacentes.

En estas zonas hay un mayor porcentaje de niños y niñas, mayor porcentaje de personas extranjeras y un menor nivel de renta media por hogar comparado con otros barrios de Madrid. Esto hace que exista, en cierta medida, una redistribución de los beneficios y una cierta justicia socioambiental. Sin embargo, habría que profundizar en este análisis para determinar qué grupos sociales se están viendo beneficiados de manera efectiva.

El perfil sociodemográfico de las personas usuarias de Madrid Río difiere de las características de la población de los barrios afectados por la renaturalización en parámetros como el nivel formativo, la nacionalidad o el género. Estos resultados sugieren que las personas potencialmente beneficiarias podrían no ser las beneficiarias efectivas.

La evaluación de la infraestructura verde no solo debe considerar cuestiones técnicas, ambientales, sino que ha de contemplar también la visión de sus beneficiarios. De ahí que abordemos la evaluación del servicio cultural de ocio y recreo y cómo la renaturalización ha podido incidir en las preferencias de sus beneficiarios.

Las personas usuarias destacan como elementos más atractivos algunos directamente relacionados con la renaturalización de río, como la cercanía al propio cauce, la avifauna o el arbolado. Esto evidencia que la renaturalización incrementa el potencial de ocio y recreo del río Manzanares en su tramo urbano.

Evaluar estas áreas para mejorarlas

La evaluación es decisiva para estimar el valor de los espacios verdes urbanos. Considerar los servicios ecosistémicos y la cohesión social es necesario para favorecer la resiliencia socioecológica.

En nuestro proyecto hemos propuesto diferentes instrumentos de evaluación del diseño de la infraestructura verde, pero también de sus impactos. De su aplicación al caso de Madrid podemos extraer aspectos clave para un desarrollo más eficaz de estas políticas de fomento de las infraestructuras verdes:

  • Asegurar la autonomía económica para asegurar su viabilidad.
  • Establecer protocolos de trabajo y comunicación internos entre los diferentes departamentos del Ayuntamiento.
  • Incorporar aproximaciones participativas y aplicar diversos planteamientos metodológicos, complementarios, en el estudio de las infraestructuras verdes.
  • Conservar el arbolado maduro y longevo en buen estado y propiciar unas buenas condiciones de desarrollo.
  • Integrar los ciclos biológicos de manera estratégica en el diseño y planeamiento de las infraestructuras verdes.
  • Considerar los factores vinculados con la renaturalización urbana en la gestión del potencial recreativo de los espacios urbanos.
  • Incorporar criterios de justicia ambiental para garantizar una redistribución de los beneficios de los espacios verdes.

Utilizar metodologías de evaluación permite incluir las diferentes dimensiones, agentes y elementos de las infraestructuras verdes en una realidad tan compleja como es el socioecosistema urbano.

Fuente: David Alba Hidalgo / Marta Suárez Casado / THE CONVERSATION,

Artículo de referencia: https://theconversation.com/las-zonas-verdes-urbanas-a-examen-144824,

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David Alba Hidalgo / Marta Suárez Casado / THE CONVERSATION,

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